En 1975 los astrónomos descubrieron una suave luz roja oscura que provenía de un extraño objeto en el cielo. Este extraño objeto rojo tenía la forma de un rectángulo en las primeras fotografías y vino en llamarse el Rectángulo Rojo. La imagen que se muestra arriba fue obtenida por el Telescopio Espacial Hubble. Este resplandor rojo fue renombrado como Emisión Roja Extendida (ERE) y ahora sabemos que está extendido por toda nuestra galaxia (la Vía Láctea) y ha sido observado en otras galaxias: en M82 y en NGC 4862, por ejemplo. Lo que produzca la ERE debe ser un ingrediente común e importante del universo pero, ¿qué la produce?
A lo largo de los años los astrónomos han puesto condiciones más duras a las propiedades que el material que produce la ERE debe cumplir. El material debía ser muy resistente pues se haya en regiones en que la radiación ultravioleta es muy intensa, capaz de destruir a la mayoría de las moléculas poliatómicas. Además es la intensa radiación ultravioleta la que lo haría fotoluminiscente entre los 500 y los 1000 nanometros, lo que implica que debe tener una estructura electrónica particular para que se dé este fenómeno.
Tres explicaciones posibles reúnen condiciones para dar cuenta del fenómeno. A principios de 2006 Chang informó sobre los resultados de su experimento de laboratorio con partículas de diamante de una sección de milmillonésimas de metro. Una vez obtenidos los nanodiamantes tras bombardearlos con protones, los calentaron a 800ºC obteniendo un resplandor similar espectralmente a la ERE del Rectángulo Rojo y a la de la nebulosa planetaria de Cygnus NGC 7027 (ambas áreas ricas en compuestos de carbono), además de emisiones en amarillo y azul. El principal problema es que no consta que se haya detectado carbono elemental (grafito o diamante)
Por la misma época se hizo público el resultado de Castleman, según el cual las nanopartículas de óxido de silicio, y germen de los silicatos, serían las responsables de la ERE. Si bien obtuvieron nanopartículas de óxido de silicio en el laboratorio (exponiendo monóxido de silicio a las condiciones del plasma de gas ionizado) la presencia en el espacio de estos compuestos no está confirmada (sí, en cambio, la del monóxido de silicio).
La última noticia data de abril de 2007 y en este caso los protagonistas son unos viejos candidatos: los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH en inglés), esta vez con carga. Los resultados de Rhee atribuyen al menos parte de la ERE a una forma exótica de estos compuestos que está cargada eléctricamente, es muy reactiva y, lo más sorprendente, a la vez tiene una estructura electrónica muy estable. Estos compuestos tan reactivos no se pueden sintetizar en el laboratorio por lo que todo el estudio ha sido computacional. Estos compuestos no han sido detectados en el espacio. A los PAH s se les identifica también como moléculas precursoras de la vida, por lo que la confirmación de esta hipótesis sería muy atractiva, pero el misterio del Rectángulo Rojo continúa, a la espera de la observación adecuada.
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Chang: http://adsabs.harvard.edu/abs/2006ApJ...639L..63C
Castleman : http://www.physics.unlv.edu/labastro/abstracts/cooked/ali.pdf
Rhee: http://www.pnas.org/cgi/content/abstract/104/13/5274?lookupType=volpage&vol=104&fp=5274&view=short
Castleman : http://www.physics.unlv.edu/labastro/abstracts/cooked/ali.pdf
Rhee: http://www.pnas.org/cgi/content/abstract/104/13/5274?lookupType=volpage&vol=104&fp=5274&view=short
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