La primera cosa que una civilización extraterrestre es probable que oiga de la Tierra son gorjeos y silbidos, un poco como el R2-D2 de “La guerra de las galaxias”. En realidad, son los sonidos que acompañan a la aurora boreal. La misión de la ESA Cluster está permitiendo a los científicos comprender esta emisión y, en el futuro, buscar mundos.
Esta emisión de radio se denomina Radiación Kilométrica de la Aurora (AKR, por sus siglas en inglés). Se genera por encima de la atmósfera, por el mismo conjunto de partículas solares que causa las luces de la aurora boreal que se ven desde la superficie de la Tierra. Durante décadas los científicos han asumido que estas ondas de radio viajaban por el espacio en un cono que se hacía cada vez mayor, bastante parecido a la luz emitida por una linterna. Ahora se ha comprobado que esto no es así.
Analizando 12.000 brotes de AKR, un grupo de astrónomos a determinado que la AKR se propaga al espacio en un plano estrecho. Es como poner un cartón delante de la linterna con una rajita por la que sale la luz.
Para cada uno de los brotes que se analizaron, se pudo determinar su origen en regiones del campo magnético de la Tierra de unas decenas de kilómetros de tamaño. Estas regiones se localizan unos cuantos miles de kilómetros por encima de donde se forman las luces de la aurora boreal.
Este tipo de resultado se ha podido obtener gracias a los cuatro satélites de la misión Cluster. La misión Cluster consiste en cuatro satélites caso idénticos volando en formación [en la imagen] que son capaces de determinar el momento exacto en que la AKR pasa por cada uno de ellos. Usando esta información, el equipo de investigadores trianguló los puntos de origen, de una forma similar a como funciona la navegación GPS.
La AKR fue descubierta por los satélites a principios de los años 70 del pasado siglo. La ionosfera, las capas altas de la atmósfera, impide que llegue a la superficie del planeta. Si llegase impediría todas las transmisiones por radio. Es 10.000 veces más intensa que la señal del radar militar más potente.
Siempre que existe aurora, existe la AKR. Esto afecta también a las auroras en otros planetas. Se han visto auroras y detectado AKRs en Júpiter y Saturno, cuyo estudio permite conocer mejor el medio magnético de ambos. Pero también, y esto es lo más interesante, la localización de AKRs se constituye en un nuevo método de búsqueda de planetas que añadir a las transiciones delante de estrellas y a los efectos gravitacionales. Una vez que los planetas se identifiquen, se puede monitorizar la AKR para ver cómo aparece y desaparece, lo que permitirá calcular el periodo de rotación del planeta.
Aunque buscar AKRs de planetas extrasolares requerirá radiotelescopios mucho mayores de los existentes actualmente, estos instrumentos ya se están diseñando.
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