Muchos libros de autoayuda (self help en inglés) han animado a la gente con baja autoestima a repetirse frases positivas. Una nueva investigación sugiere que esto puede hacer más mal que bien.
Desde los años sesenta del siglo pasado los psicólogos han sabido que la gente tiene una disposición a aceptar ideas cercanas a su propia forma de pensar y que, por contra, tiende a rechazar las que se apartan de ella. Así, por ejemplo, si a una persona que piensa de sí misma que es sociable se le dice que está siempre buscando la compañía de otras personas, muy probablemente acepte la idea. Pero si se les dice que son distantes y fríos, cabe esperar que la idea se reciba con escepticismo si no con abierta oposición.
Para comprobar si esta tendencia aparecía también cuando somos nosotros mismos los que nos decimos cosas, Joanne Wood de la Universidad de Waterloo (Canadá) y sus colegas diseñaron una serie de experimentos. Midieron primero la autoestima de 68 personas usando cuestionarios bien establecidos y comprobados. Se les pidió entonces a los participantes que pasasen 4 minutos anotando cualquier pensamiento o sentimiento que les pasase por la cabeza. Mientras hacían esto, a la mitad de ellos, escogidos al azar, se les pidió que se repitiesen a sí mismos “Soy simpático” cada vez que sonaba una campana.
Inmediatamente después de acabar el ejercicio, se les hicieron preguntas como “¿Cuál es probabilidad de que un treintañero tenga una relación amorosa feliz?” para medir los estados de ánimo individuales. Usaron un sistema de calificación que iba de 0 a 35. Estudios anteriores han mostrado que las respuestas optimistas indican estados de ánimo alegres.
Los resultados se publicaron en Psychological Science el pasado 21 de mayo. Aquellos con alta autoestima que repitieron el “Soy simpático” obtuvieron de promedio 31 en la evolución de estado de ánimo comparado con un promedio de 25 de los que no habían repetido la frase. Entre los participantes con baja autoestima, aquellos que repitieron la frase consiguieron un patético 10 de promedio mientras que los que no lo hicieron un 17.
Wood sugiere que el repetirse frases positivas provoca estados de ánimo negativos en la gente que tiene baja autoestima porque entran en conflicto con la visión que las personas tienen de sí mismas. Wood también indica que, cuando las frases positivas chocan fuertemente con la autopercepción, no hay sólo un rechazo sino un reforzamiento de la autopercepción. La gente que se ve a sí misma como antipática o no apreciada encuentra el decir que son lo contrario tan increíble que refuerza su propia visión negativa en vez de cambiarla. Dado que muchos lectores de libros de autoayuda que animan a repetirse frases positivas son probablemente personas de baja autoestima, estos libros puede que sean peor que inútiles.
Referencia:
Wood, J., Elaine Perunovic, W., & Lee, J. (2009). Positive Self-Statements: Power for Some, Peril for Others Psychological Science DOI: 10.1111/j.1467-9280.2009.02370.x
1 comentario:
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Excelente!
PS:Si es posible; por favor ampliar. JC.
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