Antes de que se supiese que una materia arde porque se combina con oxígeno, la mayoría de los químicos aceptaban la idea que Becher propuso en 1667, esto es, que la combustión se explicaba como el desprendimiento de una sustancia misteriosa llamada “flogisto”. La teoría del flogisto, hace ya tiempo completamente descartada por errónea, fue sin embargo un gran avance conceptual que ayudó a que los químicos diseñaran experimentos y a que intercambiaran ideas. Sólo cuando se intentó determinar las características físicas precisas del flogisto se hizo evidente que no existía. Ahora un artículo publicado por Arthur Lander, de
Lander afirma que a ninguna de las dos propiedades que definen popularmente a las “células madre”, potencia y autorrenovación, se les puede adscribir una base molecular exclusiva, y que ambas propiedades pueden observarse en tipos celulares que no se suelen describir como “células madre”. Escribe: “Es curioso que, tras 45 años, seamos incapaces de cimentar la noción de “troncalidad” [de ser célula madre] en una base puramente molecular. Por supuesto, el hecho de que no se haya conseguido un objetivo después de mucho tiempo no quiere decir que éste no esté a la vuelta de la esquina. Pero sí da razones para preguntarse si algo de lo que estamos haciendo no necesitará cambiar, ya sea en la pregunta que nos hacemos o en la forma en que la abordamos”.
Lander argumenta que la “troncalidad” debería ser considerada una propiedad de los sistemas, más que de las células individuales, de tal manera que un sistema con “troncalidad” sería aquel que puede conseguir un tamaño controlado, mantenerse a sí mismo homeostáticamente y regenerarse cuando es necesario. Afirma que estos comportamientos aparecen de forma natural como consecuencia de los principios de los sistemas de control retroalimentados, tan conocidos en ingeniería.
Esto es más que una crítica semántica. Así por ejemplo, una consecuencia práctica de una comprensión inexacta de la naturaleza precisa de las células madre podría ser la asunción de que el establecimiento de las “células madre cancerosas” como dianas quimioterapéuticas detendrá necesariamente la evolución de los tumores. Como Lander escribe: “Si la retroalimentación y la progresión en la estirpe [celular] continúan teniendo lugar en los tejidos cancerosos, podríamos observar que bajo condiciones diferentes (diferentes etapas de la carcinogénesis, diferentes partes del tumor, diferentes cantidades de células tumorales) diferentes tipos de célula asumen el papel de 'células madre cancerosas'”.
Concluye: “Como el flogisto, el término “célula madre” es un concepto científico. De la misma manera que la investigación del concepto del flogisto permitió el descubrimiento del oxígeno y el proceso de la oxidación, puede ser que al rehacer nuestra forma de pensar acerca de las células madre (con las relaciones y la dinámica entre sistemas tomando el lugar de las firmas moleculares y los simples circuitos de regulación de genes) el concepto de troncalidad continuará iluminando el camino hacia la comprensión”.
El texto íntegro es de libre acceso, y está disponible en este enlace. Imagen cortesía de Su Chun Zhang (Universidad de Wisconsin en Madison).
Referencia:
Arthur D Lander (2009). The 'stem cell' concept: is it holding us back? Journal of Biology, 8 (70)
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