Desde comienzos del siglo XIX, Fossil Lake (el lago fósil), un lugar de 52 millones de años de antigüedad en el suroeste de Wyoming (EE.UU.), ha sido conocido por sus peces, insectos, reptiles (cocodrilos incluidos), pájaros y mamíferos. Contiene millones de ellos, bellamente preservados en capas de piedra caliza intercalada con ceniza volcánica. Y sin embargo este paraíso paleontológico encierra un oscuro secreto: las muertes masivas no fueron causadas por un solo acontecimiento. Las capas intercaladas de ceniza muestran que ocurrían con regularidad. Hasta ahora, nadie ha dado una explicación satisfactoria de los hechos.
Jo Hellawell del Trinity College Dublin (Irlanda) en el papel de Sherlock Holmes, y sus colegas de
Una posibilidad, el que las erupciones que dieron lugar a las cenizas fueron las responsables, se descarta fácilmente porque las capas de ceniza no se correlacionan con las ricas en fósiles. Grandes tormentas o inundaciones también parecen causas altamente improbables. Habrían arrastrado grandes cantidades de roca dentro del lago en los momentos en los que murieron los animales; pero los fósiles están rodeados solamente de capas finas de cieno. Las sequías tampoco parece que sea probable que fuesen las culpables. Habrían dejado pistas discretas en la composición isotópica de la caliza, al desplazar las proporciones de las versiones pesada y ligera de los átomos de carbono y oxígeno del carbonato cálcico.
Una vez demostrado que los acontecimientos climáticos o medioambientales son explicaciones improbables, Hellawell y sus colegas comenzaron a analizar los sedimentos con mayor detalle. Primero, consideraron la posibilidad de que hubiese habido una emanación estacional de agua tóxica o pobre en oxígeno. Los cambios de temperatura en el lago durante el invierno podrían haber hecho que subiese agua estancada a la superficie asfixiando así bancos enteros de peces. Concluyeron que estas emanaciones podrían explicar claramente las muertes masivas de peces, pero no así las de los insectos, reptiles, pájaros y mamíferos, ya que estos animales respiran aire y no oxígeno disuelto en el agua.
La única posibilidad que quedaba era que el mismo lago se convirtiese de alguna manera en una enorme olla de veneno, intoxicando a cualquier animal que bebiese las aguas o comiese los animales que encontrase dentro. ¿Cómo podía ser esto posible en primer lugar, que ocurriese repetidamente, y que en el ínterin el lago se repoblase? El 23 de septiembre pasado, en la reunión anual de
El equipo analizó los compuestos orgánicos de las rocas de Fossil Lake. Este análisis detectó 4-metil esteranos (el esterano es el nombre corto del ciclopentanoperhidrofenantreno y la base química de los esteroides). Estas sustancias son producidas a menudo por microalgas llamadas dinoflagelados. Muchos dinoflagelados son inocuos, pero otros producen neurotoxinas. En varias partes del mundo, como en los mares que rodean la península de
Los florecimientos tóxicos también ocurren, aunque a menor escala, en agua dulce, estando ligados a la disponibilidad de nutrientes. Esta, según Hellawell, sería la respuesta al misterioso caso de Fossil Lake. Elemental.
[En la imagen, retrato de los dinoflagelados sospechosos realizado por Ernst Haeckel, Peridinea, 'Kunstformen der Natur''- 14 (1904)]
Una estupenda entrada... ¡Felicidades!
ResponderEliminarMuchas gracias, muy amable.
ResponderEliminarQué buen gusto has tenido ilustrando la entrada con la lámina de Haeckel. Estaba hecho un artistazo, el amigo Ernst.
ResponderEliminarSabía que te gustaría, cope. Muchas gracias.
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