A Julius Robert Oppenheimer se le recuerda como el padre de la bomba atómica. Un físico brillante a la par que excelente tecnócrata, Oppenheimer organizó la parte científico-técnica del Proyecto Manhattan. Antes de eso, ya era conocido por sus trabajos en mecánica cuántica y astrofísica, aplicando las ecuaciones de Einstein a la evolución de las estrellas. Su última etapa profesional la pasó en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, en el que su despacho estaba justo encima del de Einstein.
Einstein y Oppenheimer se cruzaron en multitud de ocasiones a lo largo de sus vidas, encontrándose en varias conferencias científicas, pero Oppenheimer era de una generación más joven de físicos (era 25 años más joven que Einstein), una que ya fue educada después de la revolución de las teorías de la relatividad y la mecánica cuántica. Oppenheimer usó como si tal cosa ambas en su estudio del interior de las estrellas. No fue parte de los esfuerzos para descubrir las matemáticas tras las ideas como lo fue Einstein, por lo que desde el punto de vista de Oppenheimer, Einstein era más una persona digna del mayor respeto, reconocimiento y consideración que alguien que pudiese contribuir activamente a la ciencia.
Oppenheimer nació en los Estados Unidos pero, tras estudiar en Harvard, se decidió por marcharse a Europa a completar su formación, primero a Cambridge y después a Gotinga, donde consiguió su doctorado bajo la dirección de Max Born. Regresó a Estados Unidos para ser profesor en
Cuando llegó de visita en 1935, Oppenheimer, al igual que Einstein en su momento, se burló de la estirada ciudad universitaria y sus “lumbreras solipsistas brillando en una desolación separada e impotente”. Einstein, en el Instituto desde 1933, no escapó a las críticas: “Einstein está completamente chiflado”. En esa época, la comunidad de físicos se mostraba abiertamente desdeñosa con la obsesión de Einstein por encontrar una alternativa a la teoría cuántica, y Oppenheimer estaba de acuerdo. Einstein, por su parte, encontró que Oppenheimer era un “hombre de inusual capacidad con una educación amplísima”.
Durante
Su mujer también había sido abiertamente miembro del Partido Comunista y había suficientes dudas sobre Oppenheimer durante
Su paso por el comité de McCarthy no afectó a su trabajo y continuó siendo director del Instituto donde, a pesar de sus continuas desavenencias en cuestiones de física moderna, Einstein y Oppenheimer mostraban el uno por el otro un profundo respeto. Diez años después de la muerte de Einstein, Oppenheimer escribió un texto en recuerdo suyo que publicaría
Muy buen articulo, pero me parece que cuando dices "...donde consiguió su doctorado bajo la dirección de Mas Born..." te refieres a Max Born.
ResponderEliminarMuchas gracias por la apreciación y por la indicación. Perrerías del Word.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Cualquier mención a Oppenheimer queda incompleta sin inculir un enlace a esta obra maestra de Ryuichi Sakamoto.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=uiys9UyCoFs
La forma de pedir de alguna forma perdón a la humanidad por parte de Oppenheimer es absolutamente cautivadora.
Gracias, Ismael.
ResponderEliminarAmigos:
ResponderEliminarDe veras celebro toda glosa sobre la vida de Albert Einstein, cuyo genio unido a su humildad y humanismo, deben seguir siendo guía para las futuras generaciones...
Dr. V. Morales
Costa Rica