En una época dominada por las redes sociales en las que las fotografías están presentes en todas partes, parece importante saber que la exposición de nuestra imagen tiene un coste: que nos conozcan más de lo que suponemos. En efecto, la primera impresión que se tiene de una persona al ver una fotografía suya cuenta, y mucho, a la hora de formarse una idea, muchas veces acertada, sobre su personalidad. Al menos este es el resultado de un estudio publicado en el Personality and Social Psychology Bulletin, cuya autora principal es Laura Naumann, de
A un grupo de voluntarios se le mostró un conjunto de fotografías de cuerpo entero de 123 personas desconocidas. Las personas de las fotos aparecían bien en una pose controlada (expresión facial y corporal neutras) bien posando naturalmente. A los voluntarios se les pedía que valorasen la personalidad de los sujetos de las fotos según 10 rasgos: extraversión, amabilidad, responsabilidad, estabilidad emocional, apertura, simpatía, autoestima, soledad, religiosidad y orientación política. La precisión de los juicios se evaluaba comparándolos con el valor resultante de agregar las autoevaluaciones de las personas de las fotografías con las hechas por otras tres que las conocían bien (este agregado se considera el método más preciso para la evaluación de la personalidad).
Los resultados fueron realmente llamativos. Incluso cuando vieron las fotografías de la pose controlada, los observadores fueron capaces de juzgar con precisión algunos de los rasgos de personalidad más importantes, como la extraversión o la autoestima. Pero en estas condiciones la mayoría de los rasgos eran difíciles de estimar. Ahora bien, cuando los observadores vieron a la gente en fotografías donde actuaban siendo ellos mismos (como las que se pueden ver en facebook o tuenti), en las que sonríen, se muestran serios, o posan a su manera, los juicios eran precisos, en promedio, en 9 de los 10 rasgos (esto no quiere decir que observadores individuales no cometieran graves errores con personas concretas).
Se sabe desde hace mucho que la gente saca conclusiones sobre los demás basándose en muy poca información, pero lo que llama la atención de estos resultados es que esas conclusiones, basadas en algo tan simple como una fotografía, tienen un punto de verdad.
Sabiendo esto, se puede elegir alterar la propia imagen de determinada manera, ya sea para reafirmar la identidad o para adaptarla a la impresión que otros queremos que tengan de nosotros.
Referencia:
Naumann, L., Vazire, S., Rentfrow, P., & Gosling, S. (2009). Personality Judgments Based on Physical Appearance Personality and Social Psychology Bulletin DOI: 10.1177/0146167209346309
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