Se sabe desde hace tiempo que las condiciones estresantes como las hambrunas provocan que nazcan más niñas de las que nacen en épocas de bonanza. La variación en el reparto de sexos es pequeña (alrededor del 1 por ciento) pero en grandes poblaciones es relevante. Una posible explicación evolutiva es que las hijas es probable que se apareen y produzcan nietos independientemente de su estado, mientras que los hijos enclenques puede que fallen en su lucha por tener una oportunidad de reproducirse. En los tiempos duros, por tanto, las hijas serían una apuesta evolutiva más segura. Sea el que fuere el porqué de la variación, sin embargo, se ha dado por sentado que el momento en el que ocurre es el de la concepción o, más probablemente, la implantación. Un útero expuesto a las hormonas del estrés, dice la hipótesis, es menos probable que aloje un feto masculino.
Un estudio publicado recientemente afirma que esto no tiene porqué ser así. Según Ralph Catalano, de
Como las hambrunas no son muy habituales en los Estados Unidos últimamente, Catalano et ál. usaron el desempleo como evento estresante [quizás sería conveniente recordar a los lectores que la protección social en los Estados Unidos es mínima]. Estudiaron los registros de nacimiento del estado de California desde abril de
Los investigadores descubrieron que los despidos masivos llevaban, realmente, a que naciesen menos varones. A lo largo de todo el período el 52,4% de los nacimientos fueron niños. En algunos meses, sin embargo, bajó hasta el 51,2%. Un desmenuzamiento de la estadística sugiere que el estrés de los despidos masivos causó probablemente estas caídas, pero que los despidos en cuestión podían ocurrir meses después de la concepción. Los fetos masculinos eran, en otras palabras, abortados espontáneamente, presumiblemente a consecuencia del estrés.
Esto no significa que la hipótesis original esté equivocada. Pero no es toda la verdad. El despiadado descarte de la descendencia inapropiada puede tener lugar, o eso parece, bastante después de que el feto haya comenzado a desarrollarse.
[Imagen: Madre e hija de Nelly Drell]
Referencia:
Catalano, R., Zilko, C., Saxton, K., & Bruckner, T. (2009). Selection in utero: A biological response to mass layoffs American Journal of Human Biology DOI: 10.1002/ajhb.21011
Tiene sentido.
ResponderEliminarFui casada con un bebedor de día de pago. Tuve tres abortos espontáneos, todos eran hombres, pero tuve cuatro hijos más, tres hombres y solo una mujer. Así que no me dice nada esa posición. Pero sí tuve estrés a inseguridad.
ResponderEliminarUn saludo.
Mi opinion es que la mujer es el factor limitante en la procreacion. Solo puede tener un hijo cada nueve meses (en la practica cada año). Si tenemos 1 mujer y nueve hombres tenemos un descendiente al año. Pero si tenemos 9 mujeres y 1 hombre podemos tener 9 nuevos descendientes cada año.
ResponderEliminarAl parecer, algo en el artículo ha provocado un arrebato misántropo en nuestro amigo anónimo; y algo me dice que fue la parte en donde dice: "los hijos enclenques puede que fallen en su lucha por tener una oportunidad de reproducirse."
ResponderEliminarAcostumbrados al ritmo constante al que este blog nos proporcionaba comentarios sobre artículos de tremendo calado con mucho rigor, se está echando de menos aunque sea alguna actualización ocasional. ¿Dónde andas, César?
ResponderEliminarSigue este blog en funcionamiento...? es que me parece tremendamente interesante y veo que la última noticia es de hace ya tres meses...
ResponderEliminar