Uno de los argumentos que esgrimen de vez en cuando los partidarios de la energía nuclear es que las plantas térmicas convencionales que queman carbón liberan más radioactividad al ambiente que una central nuclear. La razón de este hecho estriba en que la ceniza que queda después de quemar el carbón contiene elementos radioactivos, básicamente uranio y torio.
Si esto es así, ¿por qué no considerar la posibilidad de investigar esas cenizas como una fuente de de combustible nuclear? Eso es exactamente lo que Sparton, una empresa de Toronto (Canadá), está haciendo. Ha firmado un acuerdo con
El uranio se extrae habitualmente de menas que contengan al menos 1.000 partes por millón (
El método Sparton de extracción de uranio consiste en añadir ácidos sulfúrico y clorhídrico a la ceniza, junto con agua, para hacer una pasta acuosa (slurry, en el argot). Con algunos tipos de ceniza también es necesario el uso de ácido nítrico. Los ácidos disuelven el uranio (y varias cosas más) separándolo de la parte no soluble de la ceniza. Hasta aquí nada que un estudiante de primero de químicas no sepa. Lo difícil es separar selectivamente el uranio de esta disolución de forma industrial.
El proceso Sparton usa un filtro de carbón vegetal, hecho a partir de cáscara de coco quemada, para atrapar las partículas que flotan y eliminar los compuestos orgánicos. La solución filtrada se pasa entonces por una resina de intercambio de iones (con gran superficie de intercambio). Esta resina, que es donde está la clave, atrapa selectivamente los iones de uranio, siendo capaz de separar del orden del 70% del uranio presente (según la empresa). El uranio se separa de la resina usando una disolución de carbonato de amonio, para después hacerlo precipitar en forma de torta amarilla, una mezcla de óxidos de uranio.
China, que lo que quiere es asegurarse su suministro energético, está buscando uranio donde sea mínimamente económico extraerlo: la escoria de las minas de oro y plata o los subproductos de la producción de fertilizante. No esta sola
Y ya puestos, ¿por qué no extraer uranio del agua del mar? Un químico del nivel de Fritz Haber ya intentó en los años 20 del siglo pasado extraer oro del agua del mar para pagar la deuda de la primera guerra mundial de Alemania, para concluir que la concentración era demasiado baja como para que fuese económico. El agua de mar contiene sólo 3 partes por mil millones de uranio, la mayor parte en forma de tricarbonato de uranilo. La buena noticia es que un intercambiador de iones selectivo sería capaz de separarlo. ¿Alguien se atreve?
Varias organizaciones, incluyendo
De momento, este proceso cuesta una 10 veces más que la minería convencional, pero algunos países pueden considerar este un coste bajo si con ello garantizan el suministro de energía. Que nadie vaya a pensar que el uranio sea para cualquier cosa distinta a pacíficas centrales productoras de electricidad de uso civil…
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