Nuestro intestino parece ser un lugar más cosmopolita de lo que se pensaba: aparte de multitud de bacterias también hay gusanos parásitos que contribuyen a la fortaleza de nuestro sistema inmunitario.
Investigadores de la Universidad de Manchester (Reino Unido) dirigidos por Ian Roberts y Robert Grencis publican en Science [1] que han encontrado que los gusanos parásitos del género Trichuris (moradores del intestino delgado de muchos mamíferos) dependen de las bacterias comunes del intestino, como la E. Coli, para reproducirse dentro de sus huéspedes mamíferos. Esto significa que lo más probable es que los gusanos hayan evolucionado con las bacterias con las que comparten huésped y tengan un papel más importante de lo que se pensaba a la hora de crear y modular las respuestas inmunes de los mamíferos.
Estudiando el Trichuris muris, una especie de gusano que habitualmente infecta a los ratones, los investigadores se han encontrado con que los huevos del gusano [en la imagen] solamente eclosionan en presencia de células bacterianas [en la imagen, los puntos blancos], que se habrían agrupado en las diminutas portezuelas de la cápsula del huevo por las que salen los gusanos. Si no hay bacterias, los gusanos no salen.
Esta estrategia de los gusanos tiene sentido porque su dispersión a otros huéspedes depende de que salgan del huevo en el intestino grueso, donde hay muchas bacterias y donde pondrán más huevos que saldrán del cuerpo con las heces.
Por otra parte, otras especies de Trichuris infectan a mil millones de personas en el mundo, la mayoría en regiones subtropicales. Una gran cantidad de ellas padecen una infección crónica pero de baja intensidad. Esta baja intensidad permite al parásito sobrevivir, probablemente modulando la inmunidad del huésped para su propio beneficio.
Efectivamente, los gusanos puede que tengan unos efectos importantes sobre la inmunidad de su huésped a varias infecciones, de forma similar a como la presencia de la flora microbiana modula la inmunidad.
Hace mucho que se sabe que las bacterias intestinales beneficiosas son cruciales para la función inmune del huésped. Poco después del nacimiento, las bacterias beneficiosas comienzan a colonizar el intestino de sus huéspedes mamíferos, en los que incitan la liberación de linfocitos que ayudan al sistema inmune del huésped a combatir las bacterias patógenas mientras que a ellas las dejan en paz. El trabajo del equipo de Roberts y Grencis crea un puente entre este modelo de regulación inmune y la evidencia epidemiológica de que las enfermedades autoinmunes son raras en las áreas donde las infecciones intestinales son comunes. Esta correlación (que no causalidad), debido a sus implicaciones médicas, es una que merece la pena ser investigada.
Ha habido investigaciones recientes [2] [3] sobre el uso de gusanos que causan infecciones parásitas de bajo nivel para el tratamiento de enfermedades autoinmunes. Existen tratamientos, aunque no todo el mundo esté de acuerdo con ellos, para enfermedades como la de Crohn o la colitis ulcerosa. La teoría es que los gusanos intestinales atenúan la hiperactividad de las respuestas inmunes que caracterizan las enfermedades autoinmunes.
Si la interacción huésped-gusano-bacteria se confirma como básica para el sistema autoinmune, puede que de aquí a no mucho tiempo se intente manipular. Y, ¿por qué no?, veamos a una sonrisa en televisión decir: “Yo tomo yogur con gusanos para regular mis defensas, ¿y tú?”.
Referencias:
[1]
Hayes, K., Bancroft, A., Goldrick, M., Portsmouth, C., Roberts, I., & Grencis, R. (2010). Exploitation of the Intestinal Microflora by the Parasitic Nematode Trichuris muris Science, 328 (5984), 1391-1394 DOI: 10.1126/science.1187703
[2]
Harnett W, & Harnett MM (2008). Therapeutic immunomodulators from nematode parasites. Expert reviews in molecular medicine, 10 PMID: 18561863
[3]
Długońska H (2010). [Parasitic helminths as medicines] Wiadomosci parazytologiczne, 56 (1), 19-22 PMID: 20450004
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