Hay personas para las que saberse dueñas absolutas de sus actos, resultado exclusivo de su voluntad libre, es tremendamente importante. Estas personas no suelen llevar bien que cada vez más aspectos de la toma de decisiones humana se revelen inconscientes o, en algunos casos, directamente irracionales, puramente instintivos. El comportamiento de una bandada de pájaros o un enjambre de insectos puede simularse a partir de unas condiciones muy sencillas para el comportamiento de cada individuo. Ahora empieza a consolidarse una nueva rama del conocimiento que busca leyes generales en la historia mediante métodos matemáticos. Se publica el primer número de Cliodynamics: Journal of Theoretical and Mathematical History.
Carl Hempel publicó en 1942 el ensayo “La función de las leyes generales en la historia” en el que argumentaba que la explicación histórica debía invocar leyes generales, como cualquier otra explicación científica. Este ensayo provocó un debate entre los filósofos de la historia en el que se pueden encontrar argumentaciones similares a las que se encuentran en los debates sobre la existencia del alma humana. Así, y a título de ejemplo, Daniel Little en su artículo para la Stanford Encyclopedia of Philosophy sobre filosofía de la historia, publicado en 2007, expresa su postura con un símil muy gráfico: “La explicación de las acciones humanas y sus consecuencias no debería ser del mismo estilo que la explicación de por qué los radiadores revientan cuando la temperatura baja de cero grados centígrados”.
Estas posiciones nos recuerdan lo que Baruch Spinoza escribió en el prefacio al libro tercero de su “Ética demostrada al estilo geométrico”, publicada en 1677: “La mayor parte de los que han escrito acerca de los afectos y la conducta humana, parecen tratar no de cosas naturales que siguen las leyes ordinarias de la naturaleza, sino de cosas que están fuera de ésta. Más aún: parece que conciben al hombre, dentro de la naturaleza, como un imperio dentro de otro imperio. Pues creen que el hombre perturba, más bien que sigue, el orden de la naturaleza que tiene una absoluta potencia sobre sus acciones y que sólo es determinado por sí mismo.”
Poco a poco se va abriendo paso la visión de que es posible estudiar la historia desde una aproximación puramente científica, en la que los modelos matemáticos deben contrastarse con los datos empíricos. En esta línea, ya avanzada por Peter Turchin, su principal impulsor, en un artículo en Nature en 2008, nace Cliodynamics.
Sorprendentemente las matemáticas son capaces de expresar las leyes que rigen el universo. Incluyendo las de la historia humana.
Psicohistoria?
ResponderEliminarAsimov, un visionario.
De aqui a la psicohostoria de Hari Seldon no hay mas que un paso .....
ResponderEliminar¿Y qué hay de Alexandre Deulofeu y su "Matemática de la historia"? Tengo entendido que llego a hacer predicciones bastante sorprendentes (si bien no tengo tan claro de su rigor matemático).
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