El amplio espectro de compuestos orgánicos que se encuentran en las condritas carbonáceas puede variar significativamente de meteorito a meteorito. Una nueva investigación llevada a cabo por un equipo encabezado por Christopher Herd, de la Universidad de Alberta (Canadá), muestra que la mayor parte de estas variaciones se debe a la acción del agua unos pocos millones de años después de la formación del Sistema Solar, cuando las condritas formaban parte de cuerpos más grandes, probablemente asteroides. Los resultados se publican en Science.
Algunos asteroides podrían haber sido, según algunos investigadores, una especie de cocinas moleculares que habrían producido los ingredientes necesarios para la vida y los habrían enviado a la Tierra en forma de impactos de meteoritos. Los meteoritos analizados por el equipo de Herd indicarían que una de estas cocinas en vez de servir un menú fijo habría tenido la flexibilidad de la de un restaurante a la carta.
En enero de 2000 se produjo la explosión de un gran meteorito en el norte de la Columbia Británica (Canadá) que hizo que lloviesen fragmentos sobre la superficie helada del lago Tagish. Los testigos del acontecimiento tuvieron el buen juicio de no tocar las muestras y fueron los científicos los que las recogieron congeladas en las horas siguientes [en la imagen]. Esto aseguró una mínima contaminación por la vida terrestre, haciendo de los fragmentos del lago Tagish el meteorito mejor preservado del que se tiene noticia, lo más cercano que existe a una muestra de asteroide traída por una misión espacial en términos de limpieza.
Las condritas carbonáceas son un tipo de meteorito rico en carbono que contienes muestras de los materiales que tomaron parte en la creación de los planetas del Sistema Solar hace unos 4.600 millones de años, incluyendo compuestos anteriores a la formación el propio sistema, y que podrían haber sido claves para la aparición de la vida en la Tierra.
Los productos orgánicos que se encuentran en las condritas carbonáceas comparten muchas características con la materia orgánica que se encuentra en otras muestras primitivas, incluyendo partículas de polvo interplanetario, el cometa 81P/Wild-2 y los micrometeoritos antárticos. Hay quien afirma que esta similitud supone que la mayoría de los compuestos orgánicos existentes en el Sistema Solar se ha originado a partir de una fuente común, posiblemente el medio interestelar.
Al igual que el resto de condritas carbonáceas, los fragmentos del lago Tagish contienen un amplio surtido de compuestos orgánicos. Lo verdaderamente llamativo es que cada fragmento tiene composiciones muy diferentes y diferentes cantidades de compuestos orgánicos. Así, por ejemplo, algunos de los trozos tienen entre 10 y 100 veces las cantidades de aminoácidos específicos presentes en otros fragmentos, una variabilidad que sólo se ha encontrado en otro meteorito fragmentado de un mismo asteroide, el llamado Almahata Sitta, pero este asteroide parece ser un aglomerado de diferentes asteroides. También se encontró variabilidad en la concentración de ácidos monocarboxílicos, que son esenciales para la bioquímica. Por otra parte estos ácidos presentan una concentración extremadamente alta en general, lo que se atribuye a la forma en que se recogieron las muestras ya que desde su recogida las muestras se han mantenido congeladas.
El equipo de investigadores sometió a las muestras a un análisis isotópico que reveló una alta concentración de carbono-13, en vez del biológico carbono-12, lo que confirmaba el origen espacial de las moléculas.
La identificación de los distintos minerales presentes en cada fragmento ha permitido al equipo de científicos dar una posible explicación al fenómeno: el agua. Los minerales están alterados por la presencia de agua en distintos grados, y la presencia de agua podría explicar la diversidad de aminoácidos producidos.
Este resultado apoya la teoría de la fuente común de materia orgánica en el Sistema Solar pues introduce un mecanismo para la variabilidad de concentraciones y compuestos, y pone de relieve además el papel que juega el agua en esta variabilidad. También nos habla del tipo de química que estaba teniendo lugar en los asteroides hace 4.600 millones de años, poco tiempo después (en términos geológicos), de que se formase la Tierra.
Pero este resultado, de ser cierto que la variabilidad del meteorito de Tagish es lo común, también nos dice que el resto de planetas fueron bombardeados por asteroides que contenían concentraciones significativas de los componentes básicos de la vida. Y lo mismo se puede aventurar de los exoplanetas...
Esta entrada es una participación de Experientia docet en la V Edición del Carnaval de Química que organiza Scientia, y en la V Edición del de Biología que organiza Feelsynapsis.
Esta entrada es una participación de Experientia docet en la V Edición del Carnaval de Química que organiza Scientia, y en la V Edición del de Biología que organiza Feelsynapsis.
Referencia:
Me parece fascinante la posibilidad que acompaña a esta investigación de que meteoritos conteniendo componentes básicos para la vida hayan bombardeado (o estén bombardeando) exoplanetas y otros cuerpos del Sistema Solar.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por el artículo:)
Demócrito