Un factor inmune sanguíneo presente en ratones ancianos hace que
aparezcan señales de envejecimiento en los cerebros cuando se
inyecta en ratones jóvenes, y su inhibición rejuvenece los de los
ancianos. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado
por un equipo de investigadores encabezado por Saul Villeda, de la
Universidad de Stanford (EE.UU.), y que aparece publicado en Nature.
Este resultado implicaría que sería posible cambiar algunos de los
signos de envejecimiento en el cerebro alterando los niveles de
factores inmunes en la sangre.
El hipocampo, esa parte del encéfalo encargada de crear nuevos
recuerdos y una de las dos donde tiene lugar la neurogénesis, va
perdiendo su capacidad conforme envejece hasta que termina por no
producir nuevas neuronas. Este deterioro es parcialmente reversible
cuando los animales (incluidos humanos) se ejercitan regularmente, lo
que se sabe que estimula la circulación y la liberación de
metabolitos y otras sustancias en la sangre. Este hecho llevó a los
investigadores a plantearse si había algún factor en la sangre que
pudiera estar contribuyendo a estos cambios.
Para averiguarlo los investigadores cosieron (literalmente) un
ratón joven a uno viejo, creando siameses artificiales que
compartían su sangre. A continuación midieron la cantidad de nuevas
neuronas que se formaban en los cerebros de ambos ratones, y
encontraron que en los jóvenes la neurogénesis disminuía y en los
viejos aumentaba comparados con ratones cosidos a otros de su propia
edad.
Cuando los investigadores cogieron el plasma sanguíneo (la sangre
menos las células) de los ratones viejos y se lo inyectaron a los
jóvenes observaron una disminución similar en la neurogénesis, lo
que sugería que una proteína sanguínea extracelular era la
responsable del efecto. Los cambios neurológicos se correspondían
con un rendimiento inferior en una serie de pruebas de memoria y
recorrido de laberintos: los ratones con el plasma sanguíneo viejo
no formaban recuerdos robustos, ni tampoco recordaban la vía de
salida de un laberinto tan bien como los ratones jóvenes normales,
dificultades que se observan habitualmente en los ratones viejos.
El siguiente paso fue identificar el factor o factores
responsables. Para ello compararon la composición de plasmas
sanguíneos de jóvenes y viejos, identificando seis posibles
candidatos. CCL11, una quimiocina, fue la que demostró provocar los
cambios más significativos. Las quimiocinas son proteínas de
pequeño tamaño secretadas por las células y que se relacionan con
la quimiotaxis, la capacidad de inducir la dirección de movimiento
de las células.
Que la proteína activa sea la CCL11 es sorprendente y nos habla
de la complejidad de la regulación química del encéfalo. Hasta
donde sabemos, es la primera vez que se la relaciona con un proceso
remotamente relacionado con la neurobiología. Su única función
conocida hasta ahora era la atracción de eosinófilos, un tipo de
leucocito (glóbulos blancos) que, como parte del sistema
inmunitario, tienen un papel fundamental en la alergia y el asma.
A pesar de ello, la inyección de CCL11 en ratones jóvenes
provocaba la misma disminución en la formación de nuevas neuronas
ya observada con el suero o con el siamés anciano. Pero (y aquí,
ojito con los entusiasmos) este efecto era bloqueado con una
inyección del anticuerpo que bloquea la CCL11. Por otra parte el
equipo de investigadores también comprobó que conforme envejecemos,
tanto ratones y humanos tenemos niveles cada vez mayores de CCL11.
Como hemos dicho en muchas ocasiones un buen hallazgo suscita más
preguntas de las que responde. En este caso las preguntas ponen en
contexto este descubrimiento tan interesante: ¿cuál es el mecanismo
de actuación de CCL11 sobre la neurogénesis?¿produce reacciones
inmunes que impiden la aparición de nuevas neuronas?¿actúa
directamente? (esto parece menos probable, porque los efectos no son
espectaculares, solo son mensurables) ¿pasa los mismo en otras cepas
de ratones? (la inmunología de las cepas de ratones varía) y, la
mayor, ¿esto ocurre en humanos? Si la respuesta a esta última es
positiva...
Referencia:
Villeda, S., Luo, J., Mosher, K., Zou, B., Britschgi, M., Bieri, G., Stan, T., Fainberg, N., Ding, Z., Eggel, A., Lucin, K., Czirr, E., Park, J., Couillard-Després, S., Aigner, L., Li, G., Peskind, E., Kaye, J., Quinn, J., Galasko, D., Xie, X., Rando, T., & Wyss-Coray, T. (2011). The ageing systemic milieu negatively regulates neurogenesis and cognitive function Nature, 477 (7362), 90-94 DOI: 10.1038/nature10357
Creo que despues de crepusculo, todo el respeto que la gente tenia por lo vanpiros y que tanto forjo por decadas dracula, se vino abajo jaja... Carolina - paginas web
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