"Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces, y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. El dolor era tan fuerte que me hacia lanzar gemidos, mas esta pena excesiva estaba tan sobrepasada por la dulzura que no deseaba que terminara. El alma no se contenta ahora con nada menos que con Dios. El dolor no es corporal sino espiritual, aunque el cuerpo tiene su parte en él. Es un intercambio amoroso tan dulce el que ahora tiene lugar entre el alma y Dios, que le pido a Dios en su bondad que haga experimentarlo a cualquiera que pueda pensar que miento... "
Así describía Teresa de Ávila una de
sus visiones durante un éxtasis, la que después recogería Bernini
en la escultura que abre esta entrada. Las experiencias religiosas,
como cualquier experiencia humana (razonamiento científico, procesos
deductivos, juicio moral y creación artística) tienen un correlato
neurológico. Las experiencias religiosas ictales, es decir,
asociadas a un ataque epiléptico, se observan con frecuencia en
síndromes de epilepsia focal que afectan al hemisferio derecho.
Asimismo, dicho hemisferio desempeña un papel especial en
experiencias y características de la personalidad relacionadas con
lo corporal, lo emocional y los sentimientos espirituales. La
sensación de la presencia de una divinidad es la marca esencial y
específica de las experiencias religiosas.
El lóbulo frontal derecho es
primariamente responsable de sentimientos y características de la
personalidad relacionados con lo social, político y valores
religiosos, pero es en el lóbulo temporal derecho donde reside la
estructura crítica en la intensidad de los fenómenos religiosos.
Las manifestaciones religiosas como
parte de una crisis epiléptica son raras, presentándose en el
0,3-3% de las crisis según las series. Un equipo de investigadores
encabezado por Ana Besocke, del Hospital Italiano de Buenos Aires
(Argentina), ha publicado el caso de una mujer de 32 años con
epilepsia del lóbulo temporal farmacorresistente cuyas crisis se
caracterizaban por emitir plegarias religiosas. Los detalles aparecen
publicados en Revista de Neurología.
La paciente sufría crisis desde los 8 años de edad, tenían una duración de unos cuatro minutos y ocurrían
mayoritariamente durante el sueño, tres o cuatro veces por mes.
Durante éstas repetía continuamente plegarias religiosas.
Fue sometida a una resonancia magnética, que mostró una área
caracterizada por menor tamaño de las circunvoluciones y una
disminución marcada de la sustancia blanca en la región
temporooccipital derecha. Un videoelectroencefalograma de superficie
evidenció el inicio eléctrico de las crisis en la región temporal
anterior derecha. La evaluación con electrodos intracraneales
constató una área de inicio ictal en la región temporal mesial
homolateral.
Tras una lobectomía temporal anterior derecha (tipo Spencer),
pasó a presentar de dos a cuatro crisis parciales complejas anuales,
sin síndrome religioso. En vista de lo cual los autores concluyen
que el área origen de dichas manifestaciones religiosas posiblemente
residía en una red neural que involucraba a estructuras
temporolímbicas del hemisferio derecho.
Si bien los autores juegan a lo seguro
intentando evitar polémicas, como cuando afirman “La veracidad de
una percepción religiosa no se confirma ni descarta por la
existencia de un correlato cerebral concomitante”, y siendo esto
estrictamente cierto desde un punto de vista lógico, lo que es
innegable es que su verosimilitud se ve manifiestamente disminuida.
Referencia:
Ya en 2008 salió este trabajo con personas con daño en el lóbulo parietal derecho, en donde se asociaba éste con la espirutalidad. Si veían "visiones" es algo de lo que no se daba cuenta en el estudio creo...
ResponderEliminarEl titular de esta web es bueno:http://www.miller-mccune.com/health/brain-injuries-linked-to-spirituality-4062/
Parece una escena sacada de Gattaca, a la caza de la Fe, me gustó la frase“La veracidad de una percepción religiosa no se confirma ni descarta por la existencia de un correlato cerebral concomitante” como diciendo Su religiosidad puede ser una enfermedad o no pero las correlaciones indican que ciertos enfermos presentan religiosidad como sintoma.
ResponderEliminarCabría preguntarse porqué parece ser que tales "anomalias" mentales parecían ser más frecuentes en la antiguedad que hoy endia.
ResponderEliminarDe todas formas, es sabido que Bernini se inspiró en una prostituta en pleno orgasmo para expresar el éxtasis místico. Y quizás tb tuvieran parte de razón Nietzsche y Freud cuando decían que tales experiencias no eran más que una canalización de los impulsos hacia objeto simaginarios (Dios) cuando uno se ve incapaz de canalizarlos hacia objetos reales que le satisfazcan.
No conocía este blog poro es interesantísima esta entrada.
ResponderEliminar", y siendo esto estrictamente cierto desde un punto de vista lógico, lo que es innegable es que su verosimilitud se ve manifiestamente disminuida."
ResponderEliminarDe hecho, no, porque se confirma que sucede y no es simplemente una mentira dicha por un magufo.