No todas las lenguas describen el mundo
con igual precisión. Tomemos un ejemplo con el que todos los
hispanohablantes que hemos estudiado alguna vez una lengua extranjera
nos hemos topado y que es una pesadilla para los que intentan
aprender español: el verbo “ser”. Para muchos no
hispanohablantes las frases “Mónica está guapa” y “Mónica es
guapa” son indiscernibles: sólo a través del contexto podrían
distinguir una de otra.
Esta dificultad del español como
segunda lengua es la misma que muchas personas experimentan cuando se
enfrentan a las matemáticas. La riqueza expresiva de su lenguaje, la
precisión en los términos y los distintos matices importantes de
significado que es capaz de introducir se convierten en una auténtica
barrera de entrada. Estamos convencidos de que un correcto
aprendizaje de este lenguaje y un énfasis en su riqueza semántica
facilitaría muchísimo la comprensión de las ideas matemáticas.
Y vamos a comprobar que no es nada
difícil, de hecho es muy parecido a una gramática natural, riguroso
pero muy intuitivo. Precisamente nos aproximaremos a él desde un
punto de vista lingüístico. Y veremos que, a poco que nos pongamos
a analizar, llegamos a un concepto fundamental (fundacional) de las
matemáticas, el de conjunto, con una enorme fuerza expresiva y del
que describiremos sus aplicaciones. Finalmente iremos más allá de
las matemáticas, para encontrarnos de nuevo en un terreno familiar.
Pero no llegaremos hasta donde lo hicieron algunos pedagogos a
principios de los años 70, cuando la “nueva matemática” hizo
que los niños supiesen teoría de conjuntos pero tuviesen
dificultades para dividir por dos cifras.
De la misma manera que el español
introduce la distinción “ser/estar” para lo que en inglés, por
ejemplo, es “to be”, podríamos crear una lengua artificial en la
que el “ser” español podría separarse en tres verbos con
matices diferentes. Comprobémoslo con estos tres pares de frases:
Puedes continuar leyendo en la página 24 del Número 3 de Journal of Feelsynapsis (revista gratuita de divulgación científica; puedes leer online, decargarla para tu smartphone, o descargar un PDF de alta calidad).
En un sentido lindante con el de la entrada debería leerse el artículo "Realismo científico. ¿Sigue el debate?", que puede leerse en parte en http://www.investigacionyciencia.es/ ,aunque para leerlo completo se debe comprar la revista de este mes. ¿La ciencia moderna es un indicio de que existe algo ageno a nuestra mente, o es un mero artefacto que nos permite hacer mejores predicciones, pero sin que conozcamos a fondo la realidad?
ResponderEliminarDe los que más aportó a esto fue Chomsky y en menor medida, también me gusta Zipf. A mí la mayor inexactitud de la lengua hispana me parece el orden de las palabras. Una frase como "¿podrías por favor el domingo traer el pan?" también se diría "podrías traer el domingo el pan, por favor?" o "el domingo podrías traer el pan, por favor?"... algunas maneras son mejores y otras peores. Para mí, la más correcta es "¿podrías traer el pan el domingo, por favor?". Creo que es una de las cosas que hemos asimilado en demasía los nativos hispanos, y hay que cuidarlo. Lengua escrita además no es la transcripción de la oral.
ResponderEliminarChomsky, volviendo al hilo, analizó la morfología de la lengua e intentó modelar el lenguaje. Todavía sus trabajos están en vigor y sigue siendo necesario su estudio.