Imagina por un segundo que quieres determinar qué áreas del
encéfalo participan en lo que se conoce como inteligencia general y
en aspectos concretos de las funciones intelectuales como la
comprensión verbal o la memoria de trabajo. ¿Cómo lo harías? Una
posible manera es realizando escáneres por resonancia magnética
funcional de distintos grupos de sujetos clasificados en función de
sus habilidades y compararlos con grupos de control. Este tipo de
estudio podría dar indicios de qué estructuras intervienen pero no
sería muy concluyente. Para realizar un mapa de la inteligencia “de
verdad” tendríamos que ser capaces de comparar qué efectos tiene
el desconectar determinadas zonas encefálicas. Y esto es lo que ha
hecho un equipo de investigadores encabezados por Aron Barbey, de la
Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (EE.UU.), empleando como
voluntarios a 182 veteranos de la guerra de Vietnam con heridas
penetrantes en la cabeza muy localizadas. Los resultados se publican
en Brain.
Otras alteraciones físicas de la
actividad cerebral, como los infartos, afectan a muchas áreas
cerebrales y, por tanto, dificultan identificar las contribuciones
cognitivas de las distintas estructuras encefálicas. Las heridas de
los voluntarios en el estudio eran lo suficientemente localizadas
como para poder inferir cómo el daño en un área determinado
produce disfunciones cognitivas concretas, con lo que los
investigadores han podido realizar un mapa tridimensional de qué
estructuras son críticas para capacidades intelectuales específicas.
Los investigadores realizaron escáneres por tomografía
computarizada (TC) de los encéfalos de los participantes y
administraron una batería de test cognitivos. Posteriormente
combinaron los datos de las TC para producir un mapa colectivo del
córtex que dividieron en 3000 unidades tridimensionales (vulgo,
cubitos) llamadas vóxeles (de volumetric pixel). A
continuación analizaron todos los sujetos con daño en un vóxel en
concreto o en una agrupación de vóxeles y compararon sus
habilidades cognitivas con aquellos otros en los que las mismas
estructuras estaban intactas. De esta manera, el equipo de
investigadores fue capaz de identificar las regiones corticales
esenciales para determinadas funciones cognitivas, incluidas aquellas
que contribuyen significativamente a la inteligencia (definida en
este caso, obviamente, como aquello que miden los test de
inteligencia).
Según se desprende de los datos del estudio la inteligencia
general depende de un sistema neurológico llamativamente delimitado,
es decir, varias regiones corticales y las conexiones entre ellas son
básicas para la inteligencia general.
Estas áreas están localizadas en el córtex prefrontal izquierdo
(tras la frente), el córtex temporal izquierdo (detrás de la oreja)
y el córtex parietal izquierdo (en lo alto de la parte de atrás de
la cabeza) y los haces de materia blanca (axones) que los conectan.
Los investigadores también constataron que las regiones
cerebrales implicadas en la planificación, el autocontrol y otros
aspectos de las denominadas funciones ejecutivas coinciden en buena
parte con las que corresponden a la inteligencia general.
Este estudio viene a añadir más pruebas en favor de la hipótesis
de que la inteligencia no depende ni de un área concreta del cerebro
ni del encéfalo en su conjunto, sino que implica áreas específicas
trabajando de forma coordinada o, dicho de otra forma, de la
capacidad de integrar la información de los procesos verbales,
espaciales y ejecutivos.
Más detalles e imágenes en esta exposición del descubrimiento por parte de Aron Barbey [en inglés]
Referencia:
1 comentario:
¿Quiere eso decir que el hemisferio derecho no participa en la inteligencia? ¿Es el "hemisferio tonto" o qué?. Otra pregunta: en la figura, cuando dices color amarillo te refieres al verde, ¿no?
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