¿Qué nos diferencia a los humanos modernos de otras especies?
Parece una pregunta un poco estúpida, por lo evidente que puede
parecer la respuesta. Sin embargo, si preguntamos ¿qué parte del
genoma humano es exclusiva y característicamente humana? La
respuesta ya no es tan obvia. El 5% del genoma humano se conserva
entre especies; un 4% adicional, al menos, estaría sometido a una
selección específica de la especie.
Al resultado anterior es al que han llegado Lucas Ward y Manolis
Kellis, ambos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE.UU.),
en un artículo aparecido en Science. Los dos investigadores
usaron datos de ENCODE para identificar partes del genoma que
realmente hace cosas y datos del Proyecto 1000 Genomas, que ha
estudiado variaciones en el genoma humano en cientos de personas,
para descubrir cuantos de estos elementos funcionales varían de
persona a persona. En concreto se fijaron en señales que indiquen
que la selección natural está manteniendo un elemento. La lógica
es simple: si algo es evolutivamente importante entonces las
variaciones aleatorias en su secuencia de ADN serán eliminadas
lentamente de la población, manteniéndolo funcional en un proceso
conocido como selección estabilizadora.
Los investigadores encontraron que, además del 5% de ADN humano
que se conserva entre especies de mamíferos, existe otra porción
substancialmente mayor que es bioquímicamente activa. Sin embargo,
al menos un 4% adicional del ADN humano parece que es
característicamente humano en el sentido de que está sujeto a
selección estabilizadora en humanos pero no en otros mamíferos.
Mucho de este ADN característico está implicado en regular la
actividad de los genes, por ejemplo, controlando cuánto se produce
de una proteína en vez de alterar la naturaleza de la proteína
misma.
Este hallazgo está en sintonía con la hipótesis más aceptada
actualmente de que el cambio evolutivo está más relacionado con los
elementos reguladores más que con la estructura de proteínas. Los
investigadores también encontraron que segmentos largos no
codificantes que no se conservan en otros mamíferos están de hecho
muy constreñidos en su evolución, lo que sugiere que tendrían
funciones específicamente humanas.
Algunas de las áreas identificadas
como concretamente humanas son la regulación de los conos de la
retina (que nos permiten ver en color) y la regulación del
crecimiento de las células nerviosas. Estos procesos evolucionaron
rápidamente en los ancestros primates del Homo sapiens pero
ahora están sometidos a una fuerte selección estabilizadora para
mantener sus funciones beneficiosas.
Independientemente de estos primeros
resultados, los autores han creado un poderosa herramienta para
investigar en detalle los que nos hace humanos a los humanos.
Esta entrada es una participación de Experientia docet en la XVI Edición del Carnaval de Biología que alberga El blog falsable.
Referencia:
Ward LD, & Kellis M (2012). Evidence of Abundant Purifying Selection in Humans for Recently Acquired Regulatory Functions. Science (New York, N.Y.) PMID: 22956687
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