Lo que se suele conocer como sentido
común, en última instancia, no es más que una acumulación de
prejuicios con los que venimos equipados, en buena parte gracias a la
evolución. Entiéndaseme bien, llamar conjunto de prejuicios al
sentido común no es negativo en sí mismo. Sólo cuando estos
prejuicios nos hacen adoptar decisiones erróneas o son usados por
otros para manipularnos (cosa de la que saben mucho magos,
prestidigitadores, publicistas y los buenos vendedores, a un nivel
más o menos consciente, eso sí) podrían calificarse de dañinos.
De hecho, son atajos cognitivos que nos permiten adoptar decisiones
rápidas, la mayor parte de las veces de forma automática, lo que
suele ser útil para evitar el abuso de un recurso tan escaso, lineal
y peligrosamente lento como la consciencia.
Sostenemos que a diferencia de otros
“conocimientos” que se dejan llevar por estos prejuicios de forma
acrítica, sólo el conocimiento científico permite su análisis y
aprovechamiento completo. Dicho conocimiento científico unas veces
corrobora lo que nos dice el sentido común y, en otras, lo rebate.
Suele ocurrir que, cuando lo corrobora, el conocimiento científico
nos permite ir más allá y comprender el fenómeno de tal manera que
podemos predecir sus consecuencias y actuar de acuerdo con ellas.
Este es el caso de las ilusiones ópticas, por ejemplo, que pueden
ser diseñadas cuando conocemos cómo funciona nuestro sistema visual
y cómo nuestro encéfalo procesa dicha información.
Es llamativo que fenómenos que
percibimos todos los días y a los que estamos acostumbrados no
llamen nuestra atención, ya que o no reflexionamos sobre ellos o
simplemente los consideremos “de sentido común”. Sin embargo, el
análisis científico del fenómeno no es precisamente trivial.
Además este análisis científico tiene profundas consecuencias
filosóficas. En lo que sigue vamos a intentar ilustrar lo que
queremos decir con un ejemplo extremadamente sencillo y familiar. En
esta anotación expondremos el ejemplo y apuntaremos cómo
establecemos la veracidad de una experiencia y en una anotación
posterior la aproximación científica al problema y sus
consecuencias filosóficas.
Continúa leyendo en el Cuaderno de Cultura Científica
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