Con todo lo que llevamos explorado en esta serie podemos ver que
el debate Galileo – Iglesia Católica [IC], por la parte que
compete a la filosofía de la ciencia (y no a la sociología) se
reduce a dos cuestiones. La primera es si Belarmino estaba tratando
realmente la visión geocéntrica como no falsable; quizás convenga
recordar que la falsabilidad no es una característica intrínseca de
las hipótesis, sino la actitud con la que se tratan dicha hipótesis.
La segunda, íntimamente relacionada con la primera, es que,
reconociendo ambas partes la existencia y validez de las mismas
pruebas (Escrituras y observaciones), la discusión se reduce a qué
pruebas pesan más; recordemos también que de ninguna de las
observaciones de Galileo se deduce necesariamente la certeza de la
visión heliocéntrica. Ambas cuestiones ilustran problemas
recurrentes en el desarrollo de la ciencia, de ahí el interés en
reflexionar sobre ellas.
Veamos con un poco de mayor profundidad los puntos de vista de
Galileo y Belarmino.
Conforme se desarrollaba la discusión, tanto Galileo como
Belarmino terminaron expresando sus puntos de vista por escrito. El
de Belarmino donde quizás mejor se recoja sea en la denominada Carta
a Foscarini [CF], de 1615. El de Galileo aparece en partes de un
texto más largo conocido como Carta a la Gran Duquesa Cristina
[CGDC]también de 1615 (esta Cristina, por cierto, era un miembro
prominente de la familia Medici, y a Galileo le convenía
especialmente que estuviese convencida de que sus puntos de vista no
eran heréticos).
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